Un equipo de ingenieros de la Universidad de Michigan,
dirigidos por el investigador Zhaohui Zhong, ha creado un sensor de imagen que
es capaz de capturar toda la luz visible, pero también los infrarrojos medios.
Y lo hace, además a temperatura ambiente, lo que significa que se podrá
utilizar en aplicaciones del día a día. El secreto está en un potente sándwich
de grafeno, ese material mágico que lo puede todo, o que lo podrá todo algún
día.
El grafeno reacciona a la luz absorbiendo la energía y
convirtiéndose en un “portador caliente”, lo que lo hace idóneo para sistemas
de captura de imágenes. Sin embargo, es tan fino y tan transparente que apenas
procesa el 2,3% de la luz que le llega, lo que lo hacía inviable. Zhong ha
incorporado una capa dieléctrica aislante entre dos capas de grafeno. La capa
de grafeno exterior canaliza la luz a través del dieléctrico, generando una
carga reforzada y un cambio en la conductividad.
Como dice ExtremeTech, el sistema funciona a modo de
amplificador de los fotones absorbidos. Es, de hecho, 100 veces más sensible
que el grafeno original. Su comportamiento es similar que un sensor CMOS de
silicio como los que se usan en la actualidad. Con una importante diferencia:
es capaz de percibir todo el rango cromático que va desde la luz visible hasta
los infrarrojos medios.
Potencialmente, el sistema puede dar mucho más de sí. El
primer prototipo creado, del tamaño de una uña, al parecer se puede reducir con
sencillez. Además, el grafeno es sensible a un rango de onda mucho más amplio,
de modo que en desarrollos futuros se podría llegar también a la luz
ultravioleta y a todo el espectro infrarrojo.
Los posibles usos de esta tecnología van desde las lentes de
contacto, hasta dispositivos para CSI,
cámaras de fotos o telescopios espaciales.
ordosgonzalo
gonzalo alvarez garcía
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gonzalo alvarez garcía